Te levantas por la mañana con un cúmulo de hambre que ya ha dejado de ser tal y ha pasado directamente al siguiente nivel, mareo intenso entremezclado con pinchazos en la cabeza.
La casa esta vacía y aunque no hay gran cantidad de comida demasiado tentadora, tu cabeza sabe que una bolsa de pan de molde se guarda en el armario.
No piensas, vas directa a la cocina a abrir las puertas para sacarlo y estás dispuesta a comer. Asqueroso!. Pero eso no es lo peor, sino que eso fastidia tu día. Has metido la pata y ya lo has convertido en un
asqueroso día libre.
Total un poco más (piensas...)
Total un poco más (piensas...)
Ayer fue un día bastante... aunque lo que comí fue en su mayoría sano.

Tener que comer cuando estoy con ánimos de no hacerlo y cuando siento que puedo aguantar, me mata!
Hola preciosa...
ResponderEliminarVeo que por suerte o por desgracia sigues por aqui.
Un beso enorme