Crónicas de un día libre

Últimamente lo hago super bien, poco y sano, pero hoy ya de buena mañana he metido la pata :"(, así que me he dicho: "no pasa nada, día libre".

Normalmente cuando me mentalizo de eso puedo comer sin remordimientos aunque hay días como el de hoy que eso no ocurre. He venido a de casa de mi novio y las que me leeis sabeis que no aguanto a su madre, hincha a comer a todo el mundo como sí fuésemos pavos a los que tiene que engordar... Al llegar he empezado a ponerme nerviosa pues mientras le esperaba he comido un kitkat, un batido y dos mejicanitos; y más aún cuando al recogeme ha dicho que comíamos fuera, casi me pongo a llorar. Últimamente me desahogo bastante con él, incluso cuando vomito se lo escribo por whatsapp así que le he dicho que no quería ir. No sé cómo de nerviosa me habrá visto que, aunque es verdad que se encontraba mal, he conseguido que cancelasen la comida y menos mal porque os juro que con la ansiedad que tenía me hubiese supuesto un mundo disimular.

Ahora he venido al centro a dar una vuelta y al ser día libre han caído dos bolsita de bolas de chocolate y una de chuches, peor imposible. No contenta con eso quería un frapuchino y a medida que me acercaba a starbucks me ponía nerviosa, sentía un horrible cosquilleo en el estómago, estaba arrepentida antes de cometer el delito. He estado apunto de dar la vuelta varias veces pero he pensado: "sí tengo gula y no la satisfago puede ser peor". En la cola he dejado pasar a dos personas porque no me decidía a pedir y finalmente mi parte prudente ha hecho que optase por algo sano, zumo de naranja y sandwich integral de pavo, vamos, algo para matar el asqueroso ansia por comer sin hacerme sentir tan asquerosamente mal. Aún así me siento horrible: llena, sucia y goooooorda. Os prometo que me rajaría el estómago sí pudiese, me doy asco.

Chicas no lo aguanto, me quiero morir, no lo soporto. Aprendí a vivir con esto, he sabido hacerlo pero se me ha olvidado y ahora no puedo, no puedo más.